Y al fin llegó Marina

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Laia, la mamá de Marina, fue una mamá con la que trabajé hace unos pocos meses y quiero hablaros a vosotras de su historia porque ha sido sin duda muy especial para mí. Con Laia he vivido un mes de trabajo muy intenso y con un estilo muy propio.  Ella reunía dos circunstancias muy especiales y que en general no se dan juntas y por ello creo que el servicio de BabyPlanner ha dejado huella en ella.

Y al fin llegó Marina

Estoy segura que será para muchas futuras mamás que pasen por la misma situación (cualquiera de las dos situaciones que se han juntado en este caso) de gran ayuda conocer esta historia, sentirse identificadas y sobre todo obtener respuestas a lo que pasa por sus pensamientos.

Laia es una mamá que luchó casi 10 años para tener a su Marina y planificó su llegada en las últimas 5 semanas de embarazo. Dicho así suena extraño ¿verdad?

Laia, como casi todas las primerizas, no conocía todo lo que debía preparar para la llegada de su bebé, tanto en lo material como en lo mental. Durante su embarazo fue comprando algunas cosillas, fue averiguando sobre muchos temas, preparo un bolso para el hospital pero con 35 semanas se vio insegura y se puso en contacto conmigo.

Imaginaros mi sorpresa cuando me llama una mamá con casi 36 semanas y me pide el servicio de BabyPlanner. Ella fue la clienta más “tardía” con la que trabajé.

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Laia, por suerte tuvo esa visión de darse cuenta que ella sola no podría, que había mucho que no conocía y que tenía miedos que no le permitían estar realmente tranquila las últimas semanas. Se había apoyado mucho en su mamá. Una mamá que la acompañó durante todo el embarazo y fue de gran ayuda, una futura abuela muy feliz con su nuevo rol y muy emocionada de estar junto a su hija viviendo todo este proceso. Juntas habían comenzado a planificar la llega de Marina y disfrutado de cada paso que daban. También su marido había sido un sostén importantísimo para ella, juntos estaban viviendo un embarazo muy soñado. 

En familia habían disfrutado muchísimo de estos meses, habían buscado información sobre muchos productos durante tardes y tardes, y habían ido comprando algunas cosillas básicas que de alguna manera ella sabía que necesitaba. Laia había tomado tiempo para ella y su pareja, había disfrutado de su barriga, de hacerse fotos, de las consultas en el médico, en fin había vivido su embarazo.

Pese a esto, y a toda la compañía que tenía, ella supo que no estaba del todo preparada, sabía que aún le quedaban mucho por comprar o conocer pero no sabía qué. Gracias a esta visión comenzamos a trabajar juntas en la semana 36 y a planificar la llegada de Marina.

Tomamos sesiones una vez por semana, preparamos una lista de necesidades muy extensa, le dimos mucha importancia a la ropita del bebé que a ella era algo que le preocupaba bastante y charlamos de muchos temas referentes a la maternidad, a la familia, al post parto, a la lactancia… Hicimos un buen trabajo pero pese a todos los temas prácticos, lo que más valoró Laia fue poder compartir sus inquietudes, sus miedos, su ansiedad, y sus dudas con otra persona. Lo que Laia necesitaba era por un lado un empujoncito para preparar todo lo que le faltaba y por otro lado una compañera. Laia entendió desde el primer momento el verdadero objetivo del servicio de BabyPlanner y en 5 semanas sus sensaciones cambiaron radicalmente. Pasó de sentirse insegura a estar preparada.

Un poquito de su historia…

Laia comenzó su historia de amor en el 2005 y en el 2009 comenzó a buscar un embarazo, el tiempo iba pasando y ella no quedaba embarazada. En el 2011 decidieron casarse y durante un año estuvieron con la cabeza en la boda por aquello que te dicen… “verás que si te distraes y piensas en otra cosa ya quedarás embarazada”,  pero tras la boda en el 2012 ambos deseaban mucho tener familia y no llegaba. Comenzaron ese mismo año a hacer pruebas y ver si había algo que les impedía quedarse pero todo parecía estar bien. En el 2013 ya bastante desilusionados y con un tratamiento fallido se sintieron muy tristes. A ella le costaba incluso algunas charlas donde los niños eran motivos de conversación y su sensación era la de no encontrar comprensión. Siguieron pasando las pruebas y los años, uno tras otro hasta que más tarde, con un gran esfuerzo de pareja,  sin perder ilusión pero con muchos días de angustia en julio del 2017 la pequeña Marina comenzó a ser una realidad.

Laia deseó este embarazo con tanta fuerza y con tanta ilusión que en cuanto supo la noticia, con tan solo unas semanas ella se sintió mamá y ya quiso comenzar a prepararse para su nueva vida. Fueron las personas que la rodeaban quienes le pidieron prudencia y que esperara un poco pero pese a todo ella vivió su embarazo muy feliz.

Sobre el final fue cuando se dio cuenta de que algo estaba faltando, de que no se veía preparada y que necesitaba un apoyo más. Siempre supo que quería lo mejor para su bebé y darle todo aquello que necesitara pero no estaba segura de cómo hacerlo. Las sesiones de BabyPlanner le permitieron tener seguridad, sentirse más armada emocionalmente, tener el coraje suficiente para enfrentar ciertas situaciones, saber que si algo pasaba -por ejemplo con la lactancia- había opciones que ella conocía y que llegado el caso estaba dispuesta a acepar pero que la hacían más fuerte para seguir luchando por lo que quería.

Laia es una mamá con más fortaleza  y con más herramientas para vivir su maternidad. Laia es una mamá que es feliz y que sabe que no todos los días serán igual de felices, ni que todos los momentos serán momentos felices pero es una mamá que sabe pedir ayuda y es consciente de que acompañados somos aún más fuertes.

¿Crees que con treinta y tantas semana es tarde para pedir ayuda en la preparación durante el embarazo? Nunca es tarde, aún menos cuando somos primerizas. Saber pedir ayuda es signo de fortaleza no de de debilidad. Seremos mamás toda la vida, que mejor que arrancar con buen pie.

¿Estás embarazada? 

Conoce aquí qué es BabyPlanner y cómo planificar la llegada de tu bebé

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