Al poco de enterarme de mi primer embarazo me topé con un documental sobre un experimento que se había realizado con mujeres embarazadas y sus bebés y decidí probar, el resultado para mí ¡fue increíble!
El poder de la canción que le cantas en el embarazo
El experimento trataba de demostrar la capacidad de los bebés no natos de no sólo oír sino recordar las vivencias intrauterinas. Proponían a las mamás embarazadas, cantarle una canción o recitarle un poema a partir del quinto mes de embarazo y comprobar que resultado tendría en el futuro esa canción o ese poema. Así comprobarían si existía una “memoria sensorial” en los bebés una vez que habían nacido.
De la misma manera que nos recomiendan arropar al bebé bien apretadito o hacerlo dormir en la cuna tocando la cabecita contra un borde, ya que con esto recuerdan la sensación que vivían en la barriga de la mamá, con la canción, se suponía que los bebés recordarían el bienestar que les hacía sentir estar dentro nuestro.
Está claro que perder, no perdía nada y en el peor de los casos que no me funcionara el experimento, me había servido para conectar un ratito cada día con mi barriga y mi bebé. Así que sin pensarlo mucho a partir del quinto mes comencé a cantarle todas las noches una canción mientras me colocaba crema y hacía los ejercicios de kegel. Era todo perfecto. Todas las noches la misma rutina, todas las noches un momento para nosotras.
¿Qué canción escoger?
Por supuesto que debe ser una canción especial, algo que de alguna manera te llegue al corazón, primero porque la cantarás hasta el cansancio y segundo porque será la canción que los una para siempre.
En cuanto me propuse probar el experimento supe qué canción sería. De hecho supe que esa canción se la cantaría a mi hija incluso mucho antes de concebirla. Una noche de concierto con mi marido, escuchábamos a un músico que me encanta y comenzó a tocar y cantar una canción que se llama “Me haces bien” y que si bien ya era conocida para mí ese día me llegó de otra manera y en ese momento supe que se la cantaría a mi hija o hijo cuando naciera. La simplicidad de la frase y de toda la letra era perfecta…
“Para contarte canto
Quiero que sepas cuanto
Me haces bien, me haces bien, me haces bien
Te quiero de mil modos
Te quiero poco a poco,
Me haces bien, me haces bien, me haces bien…”
El resultado:
Varios meses después nació mi peque. Una niña maravillosa y la verdad una santa. Desde el principio durmió muy bien, siempre fue muy tranquila pero como cualquier bebé tuvo sus momentos de crisis y cuando eso pasaba, me encerraba con ella en una habitación, le daba el pecho o la arropaba y le cantaba nuestra canción una y otra vez.
Al principio no supe si funcionaba o no, después de todo en esos momentos lo que necesitaba era estar tranquila, conmigo, sentirse arropada y segura. Suponía que la canción era un agregado más pero no le daba mucho crédito.
Con el correr del tiempo, ella fue creciendo, ya no era tan bebé, ya no tenía esas crisis, ya fue ganando en independencia para dormir en su cuna o no estar tanto tiempo en brazos. Sin embargo durante ese proceso de crecimiento fue cuando comencé a darme cuenta del poder de la canción. Cuando no quería o no podía dormir, le cogía la mano y le cantaba, se relajaba casi automáticamente. Si se golpeaba y lloraba por el golpe, la cogía y le cantaba y mágicamente se calmaba, si se sentía agobiada en algún sitio concurrido o porque había mucho ruido la canción la tranquilizaba. Poco a poco me fui convenciendo de que la canción sí la hacía conectar conmigo y si le traía recuerdos felices. Hoy por hoy, con tres años y medio cuando está malita, cuando sueña y se asusta, cuando necesita a su mamá la canción nos sigue uniendo y sigue siendo mágica. Ahora muchas veces la cantamos juntas, ella ya se la sabe y se relaja oyendo que mamá sigue cantando su canción. El último descubriendo fue cuando hace pocos días, en el coche, sin venir a cuento de nada, me preguntó “¿mami, por qué muchas veces me cantas esa canción que dice me haces bien, me haces bien?”. Fue emocionante para mí que ella solita pensara en eso, identificara esa canción que le canta mamá y me preguntara. Le conté la historia, de cuando ella estaba en mi barriga, de que siempre se la había cantado y que era una canción que nos unía sólo a nosotras. Sonrió, le encantó tener esa conexión, entendió perfectamente qué significaba y a partir de eso ella la llama “nuestra canción”.
Como BabyPlanner y como mamá no me canso de recomendar este experimento. Pruébalo y encuentra una conexión fuerte con tu bebé. No tienes nada que perder y muchísimo que ganar. Aquí mi te dejo mis canciones, la que he escogido para la peque mayor, -con la que le digo cuanto la quiero y como me hace tanto bien- y la que he escogido para mi bebé en camino –con la que invertido los roles, me pongo en su voz y le canto lo más importante que mamá puede hacer por él-
Me haces bien – Original de Jorge Drexler – Versión de Salvapantallas
Cuídame – Pedro Guerra y Jorge Drexler