Muchas mujeres apenas viven el primer trimestre, quizás sólo un mes porque se enteran de su embarazo sobre la semana 8, pero así y todo debemos saber que puede ser el más difícil
El primer trimestre, el tiempo no avanza
El primer trimestre de embarazo debería pasar más rápidamente que el resto porque por lo general “nos perdemos una parte” ya que las primeras semanas no nos damos cuenta de que estamos embarazas, pero lo cierto es que no es así, el principio parece ser interminable.
Muchas mujeres recién comienzan a vivir su embarazo en las semanas 7, 8 o hasta incluso puede que pasada la 9 o 10. Lo normal es que la falta de regla se pueda detectar sobre la semana 4 o 5 pero para mujeres no regulares esto puede no ser una alerta. Los primeros síntomas de embarazo suelen aparecer en la 7 u 8 y aunque hay casos como ya os he contado en el que nos dimos cuenta del embarazo bien tempranito también hay otros en que los síntomas no aparecen hasta más adelante. En fin, más allá de la fecha más pronta o más tardía, el primer trimestre se hace notar y lo más probable es que no para bien.
No solamente las nauseas, el sueño y diferentes malestares pueden ocasionar que no sea un momento de plena felicidad sino que es el trimestre dónde la ansiedad, los miedos, las inseguridades se hacen notar más.
¿Por qué sucede esto?
Primero es normal que se genere la duda de si realmente hay embarazo más allá de que la carga hormonal lo indica. En ocasiones no se llega a desarrollar correctamente la fecundación y esto puede desembocar en un embarazo que no se lleva a cabo. Por lo que para las mujeres que lo detectan antes de la semana 8 dónde realmente se puede realizar la primera ecografía, pueden pasarse unos cuentos días sin una confirmación fiable.
En segundo lugar, el primer trimestre se considera el más riesgoso porque por muchísimas razones incluso las naturales sin ninguna explicación, el embarazo puede interrumpirse y no llevarse a cabo como esperamos. Esto hace que las visitas al médico, que las esperas entre una consulta y la otra, provoquen más nerviosismo o inseguridades. Por otro lado el no “notar” el crecimiento o desarrollo del bebé también influye en estas sensaciones de inseguridad sobre si todo está correctamente.
En tercer lugar, nuestra situación laboral puede ponernos en una situación complicada. No saber cómo lo tomarán o qué pasará con nuestro futuro; tener que “disimular” los síntomas por no querer comentarlo desde el principio. Todas estas situaciones pueden desembocar en miedos que se acrecientan también debido a carga hormonal cambiante de nuestro cuerpo.
Por último las mujeres que “sufren” malestares físicos durante el primer trimestre, confirman que no es un estado de disfrute o al menos no lo es en esta primera etapa. Estos malestares pueden ser desde leves o insignificantes a muy severos y las mujeres que los sufren mucho ven el paso de estos primeros meses como algo interminable.
Todo esto es lo que hace que el primer trimestre al contrario de pasar rápidamente pueda llegar a ser muy lento. Y si bien la noticia puede hacernos sentir plena felicidad costará mantener ese sentimiento de euforia y alegría constantemente.
¿Qué podemos hacer y para qué nos debemos esperar un poco?
Para empezar debemos tomarlo con calma. Intentar controlar la ansiedad y los nervios. Vivir el embarazo como algo natural desde los primeros días. Asumir que debemos esperar los pasos correspondientes y no apresurarnos a los tiempos que debemos respetar.
Hablar con el médico o matrona sobre todos los cuidados y cambios de hábito que debemos comenzar a tener en nuestro día a día. Intentar evacuar todas nuestras dudas sobre los posibles escenarios y sobre cómo se irán desarrollando los pasos. Como siempre decimos en BabyPlanner tener en mente los pasos y la organización de lo que está por venir te ayudará a combatir los nervios y las ansiedades («Lo que debes preguntar a tu médico cuando estás embarazada«).
Si decidimos esperar a confirmaciones fiables para hacer el anuncio oficial, compartirlo con al menos una persona íntima o muy allegada, como por ejemplo una amiga. No necesariamente alguien de la familia que sientas que no ayudará a controlar tu ansiedad. En ocasiones contarlo por ejemplo a la futura abuela, que se sentirá muy involucrada con la situación, puede no ser la mejor decisión si tu intención es calmar tu propia ansiedad.
No comenzar con los preparativos para la llegada del futuro bebé. Esperar a pasar los primeros meses es prudente antes de realizar cualquier cambio importante en nuestras vidas o hacer compras para ese futuro bebé. Por más que estemos muy felices y seguros de que todo marcha perfectamente debemos esperar al menos hasta pasada la semana 12.
Respetar nuestro cuerpo. No intentar ser “todo poderosas”. Entender que estamos viviendo un momento de revolución y escuchar nuestras sensaciones. No preocuparse por los cambios de humor, por los malestares, por el sueño. Respetar que el cuerpo a partir de ahora tiene otras necesidades y acompañar esas señales con hechos concretos. Dormir más si tenemos sueño; hacer menos cosas si estamos cansadas; tomar las pastillas para calmar las nauseas si son frecuentes.
Disfrutar mucho de la pareja. La noticia de un bebé, el nacimiento o el crecimiento de la familia debe ser un motivo de emociones y alegrías en pareja. Ambos padres deben vivir el momento junto al otro, acompañándose, entendiéndose y mimándose más que nunca. Vivir encuentros románticos, charlas sobre el futuro, ocasiones íntimas. Es tiempo para disfrutar y conectar.