Para las que no me conocéis personalmente, mi nombre es Belén, soy -por orden cronológico- mujer, esposa, mamá y BabyPlanner. Está claro, en mi caso, que una cosa me ha llevado a la otra y si bien asumo que puede entenderse como algo “pasado de moda” -esto de cumplir con lo establecido de primero realizarse como mujer, luego ser esposa y luego tener hijos-, es así como he encontrado mi forma de ser feliz. Porque si algo soy en esta vida y tengo que asumirlo es planificadora y amante de la organización y el paso a paso.
Mi última definición, la de BabyPlanner, podemos decir que es el aspecto “más moderno” y que también ha sido consecuencia de los anteriores. Le doy ese tinte moderno porque si observáis a nuestro alrededor veréis que últimamente las madres tenemos la necesidad de reconvertirnos en “madres laborales” es decir, en darle una vuelta extra a la maternidad para encontrar en ella también un sustento. Hace mucho la mayoría de las mujeres al convertirse en madres dejaban de trabajar; luego llegó la época en la que las madres profesionales continuaron con su vida profesional siendo madres lo que significó un vuelco enorme en la vida moderna. Pues yo creo que ahora comenzamos a vivir otra nueva época en la que muchas madres “enamoradas de la maternidad” y gracias a las redes sociales y al avance en las nuevas tecnologías comenzamos a desarrollar actividades y trabajos que nos den un sustento y no nos alejen de este nuevo mundo en el que nos insertamos al tener un hijo. Así nacieron las madres blogueras, las asesoras de lactancia, las doulas, las tiendas de puericultura modernas, las que hacen manualidades para bebés y venden por internet, las que dan charlas sobre porteo y como me ha gustado llamarme las BabyPlanner.
Como os mencionaba, me defino como planificadora y amante de la organización, no por nada en mi faceta como mujer estudié y me desarrollé como organizadora de eventos. Trabajé muy duro y crecí muchísimo profesionalmente, amaba mi trabajo, era realmente feliz organizando bodas, eventos empresariales, convenciones. Incluso hasta las navidades de mi familia para mi eran grandes eventos en los que me involucraba 100% y disfrutaba asignando tareas, programando los menú de las cenas y preparando las mesas para que todo sea perfecto aquellas noches mágicas. Pero está claro que no es una profesión para compatibilizar con una vida familiar como la que yo soñaba. Cuando me di cuenta que debía cambiar de rumbo me embarqué en un proyecto profesional cómodo y bastante más compatible con una vida de pareja, pero que no me ofrecía ningún desafío. Lo escogí y no me arrepiento. Disfruté de mi marido, de mi tiempo libre, de los fines de semana (por primera vez tenía fines de semana libres), de no llevar un móvil que sonara las 24 horas del día, de viajar más, de conocer el mundo… Me sirvió, me gustó y en esa comodidad decidimos buscar a Ema.
Ema llegó a fin de 2013 y cambió mi vida radicalmente. Me enamoré de ella al saber que estaba creciendo en mí, me volví a enamorar de mi marido al verlo en la clínica tenerla por primera vez, y me enamoré de ser madre. Me enamoré de la maternidad, de aprender, de conocer sobre el mundo de los bebés y de todo lo que debemos hacer para esperarlos.
Por supuesto y como todas, al principio me desesperé, no sabía nada, no tenía nada, ni tenía idea de qué necesitaba. Muy lejos de mi hermana mayor (ya madre para ese momento), de mi madre (madre de otra época) y la primera de las amigas que se quedaba embaraza, me encontré con un mundo desconocido y bastante misterioso. Pero me zambullí de cabeza y entendí que ya no quería salir de él.
Mi forma de ser, de entender la vida, de afrontar los desafíos, de procesar la información nueva, de estar tranquila y ser feliz por supuesto me sacaron a flote. Es en ese momento, después del nacimiento de Ema, llegó a la idea de comenzar BabyPlanner. Ya era “planner” (wedding planner, event planner…) y de repente me di cuenta que planificar la llegada de un bebé era mucho más agobiante e importante para una mujer que planificar un evento o una boda y que estábamos acostumbrados a contratar personas que nos ayuden, asesoren y acompañen en estos momentos pero que no contábamos con esa ayuda para preparar el “evento más importante”: la llegada de nuestro primer hijo. Si hay alguien que podía con ese desafío sin duda era yo. Sabía que mi experiencia y mi capacidad me llevarían a encontrar la forma de ayudar a todas las futuras mamás que se zambullían de cabeza en la maternidad sin saber nadar.
Me preparé, me asesoré mucho, junté un equipo y gesté BabyPlanner Personal y tubabyplanner.com. Tras mucho trabajo, un gran esfuerzo y la ayuda de muchos profesionales y gente a la admiro, BabyPlanner ha llegado a mi vida para quedarse y me ha traído de regalo, un nuevo desafío… mi segundo bebé.
Pau nació en junio del 2017 y esta baby planner volvió a planificar la llegada de un bebé, mi segundo bebé… eso sí, esta vez vengo con más carrerilla. Ahora trabajo, concilio, soy madre y profesional al mismo tiempo. El segundo embarazo, el segundo parto, el segundo hijo, me dio la experiencia que me faltaba, me mostró una maternidad diferente y me empujó a lanzarme 100% a este proyecto y a tomarlo como medio de vida.
¡Bienvenidas a mi blog y gracias por estar de ese otro lado!
Post actualizado: 08/03/2018