Una de las primeras preocupaciones al enterarte de que estás embarazada suele ser cómo debes alterar tus hábitos y tu dieta. Lo primero que haces es cancelar las bebidas alcohólicas, pero también debes omitir otros alimentos que no son malos para ti pero sí pueden serlo para tu bebé o minimizar aquellos alimentos que no son saludables ni siquiera para ti. Además debes saber que ciertas actividades no serán recomendables a partir de ahora.
Los «No» en el embarazo
En cuanto a las bebidas alcohólicas, debemos ser firmes. Nada de alcohol. Durante el embarazo no vale una cañita de vez en cuando o una copita de vino. Quizás durante la lactancia podemos hacer una excepción pero no durante el embarazo.
En cuanto a los alimentos, para simplificarlo diremos que tenemos que pensar, en la mayoría de los casos, en diferenciar dos puntos.
Los prohibidos:
Principal razón la toxoplasmosis: No todas las mujeres deben cuidarse de esto pero sí la gran mayoría. Con los primeros estudios, tu médica te indicará si la has pasado o no y en función de eso será tu restricción. Aquí es dónde incluiremos a los alimentos que pueden llegar a contagiar la enfermedad que si bien es “invisible” para ti, será muy perjudicial para tu bebé. Los embutidos, las carnes crudas, algunas conservas, huevo poco cocido, los quesos o leches no pasteurizados, las verduras crudas que no han sido lavadas correctamente, entre otros.
Los que debemos minimizar:
Alimentos procesados: Aquí incluimos a los alimentos “vacíos” con alto contenido de azucares y grasas. No es necesario cancelarlos definitivamente pero no será bueno su consumo habitual, puedes comer de vez en cuando pero debes minimizarlos cuanto puedas.
La cafeína: Las bebidas con cafeína (café pero también tés o refresco cola), no es necesario que las canceles definitivamente pero no será bueno su consumo en grandes cantidades Puedes beber una taza de café al día. Si te gustan los refrescos cola ¡cuidado!, recuerda que también debes cuidar el consumo de azúcar. Intenta evitarlos si ya has bebido café (puedes reemplazarlo por refresco de limón o naranja sin azúcar).
¿Cómo vivimos estas restricciones alimenticias o las bebidas alcohólicas?
En general al principio lo tomamos con mucha naturalidad pero con el pasar de los meses comienza a pesar bastante tener tantos prohibidos con los que antes disfrutábamos mucho. Sabemos que es algo temporario y que realmente es importante para nuestro bebé pero en ocasiones nos puede general algún contratiempo porque apetece una caña con amigos o un bocadillo de jamón. De hecho éste es normalmente lo primero que recuperamos ya que solemos pedirlo durante la estancia en la clínica.
Como siempre no hay dos mujeres iguales y para algunas será mucho más sencillo que para otras, pero las que peor lo viven pueden verse tentadas a no respetar las normas y eso no es buena idea. Debemos ser conscientes de que realmente es importante para la salud de nuestro bebé e intentar no pasarla mal.
¿Qué podemos hacer?
Es una buena idea ser previsoras e imaginativas. No estancarse en los prohibidos y probar cosas nuevas:
* Busca alguna alternativa que te guste para reemplazar a la cerveza o el vino y no caer simplemente en pedir agua.
- La cerveza sin alcohol es una buena opción. Muchas marcas las venden, prueba hasta encontrar la marca que más te guste.
- El agua con limón y hielo es una alternativa muy saludable y que sabe riquísima! También puedes probar de saborizar el agua con otras frutas, déjalas un buen rato antes de beber y verás cómo cambia el sabor.
- El té helado sin azúcar o los zumos de frutas naturales también son una buena opción cuando estamos fuera de casa
- Los cocktails sin alcohol los ideales si salimos por la noche a tomar algo
* Averigua qué habrá de cenar si te invitan. Todos entenderán si avisas qué no puedes comer del menú y te ofrecerán alguna alternativa. Eso será mejor que no comer lo que te sirven y quedarte con hambre.
* Si eres de tomar mucho café, escoge a qué hora del día “lo necesitas” más y el resto sírvete descafeinado.
* Si te gusta el picoteo para cenar los fines de semana escoge opciones sabrosas sin embutido:
- Opciones saludables como guacamole o humus para dipear
- Tapas cocidas en vez de embutidos
- Quesos untables en vez de patés
* Si eres amante del sushi puedes probar comida japonesa cocida. Seguramente te sorprenderá, tienen muchos platos sabrosos y si bien no será lo mismo, una salida a comer japonés te sentará bien y podrás disfrutar mucho. También existe el llamado sushi cocido, originalmente pensado para las personas que no se animan a probar pescado crudo.
* Si te gusta hacer pic-nics, escápate del clásico de jamón dulce y queso porque seguro estarás cansada de este sabor.
- Sandwich de pollo hecho en casa
- Vegetal con atún
- Queso manchego, tomate seco y rúcula
* No canceles el queso: El queso es un alimento muy bueno para la dieta e ideal para picoteo en casa. Sólo debes preocuparte por la composición. No podrás comer quesos elaborados con leche cruda pero si aquellos pasteurizados. Lee las etiquetas en el súper y escoge siempre los embazados (los quesos de mercado es mucho más probable que no sean pasteurizados).
* Para desayunos y meriendas intenta no caer en las pastas, los bollos, las galletas. Hay muchas opciones muy sabrosas que puedes comer
- Tostada con jamón dulce y queso o bikini
- Yogurt con fruta y cereales
- Pastelería hecha en casa (si bien lleva azúcar y grasas y no es lo ideal para cada día, si te apetece algo dulce y rico siempre es mucho mejor que comprar el elaborado)
Las restricciones físicas
Al margen de las restricciones alimentarias, también nos pueden aconsejar o directamente prohibir otros hábitos que teníamos antes del embarazo y con los que hasta el momento no había ningún inconveniente. Algunas actividades físicas o hobbies pueden ser incompatibles con nuestro estado por varias razones: mayor riesgo de aborto, golpes o caídas que afecten al bebé, bajones de tensión, etc. Algunas de estas actividades desaconsejadas pueden ser:
- Todo lo que te obligue a dar pequeños saltos con la pelvis como puede ser montar a caballo.
- Los deportes de alto riesgo, de alto impacto o de contacto
- Los parques de diversiones.
- Las cesiones de spa o baños muy calientes.
¿Cómo vivimos estas restricciones?
En general las aceptamos muy bien. Sabemos que es normal que el ritmo de vida cambie y que necesitamos cuidarnos más. Tener ciertas precauciones al momento del embarazo también nos ayuda a conectar con nuestro bebé y a entender el proceso que estamos viviendo.
¿Qué podemos hacer?
Reemplazar esas actividades o hobbies por otros. La actividad física está más que indicada y se sabe que es súper beneficiosa en el embarazo, sólo debemos buscar una actividad más adecuada y disfrutarla.
El yoga, la natación, las caminatas son actividades ideales en esta etapa. Un masaje o tratamiento fasial puede reemplazar una sesión de spa
El “prohibido” olvidado
Un prohibido que nos cuesta muchísimo respetar en ocasiones es el estrés. Pasar por una etapa estresante ya sea en lo laboral o en lo personal es muy perjudicial para el bebé y lamentablemente es lo que menos controlamos. Al no darnos cuenta claramente de las consecuencias que puede provocar es normal que lo dejemos pasar asumiendo los riesgos. Es importante que el embarazo sea un momento de tranquilidad y cuidarnos en esto es tan fundamental como con la dieta o las actividades físicas.
¿Qué podemos hacer?
Si vemos que solas no podemos minimizar el estrés lo que debemos hacer es pedir ayuda. La familia debe ser el apoyo si el estrés es personal y el médico debe ayudarte si el estrés es laboral. En ocasiones hablar con tu médico y optar por una baja anticipada es la única solución para combatir el estrés laboral.
Algunas restricciones costarán más que otras durante el embarazo pero debes saber que tienes que cuidar a tu bebé y que todo esfuerzo será recompensado.