Los embarazos que tardan en llegar

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“Años y años deseando ser mamá y el momento no llegaba nunca. Ahora que al fin estoy embarazada, que le he puesto nombre a mi felicidad, mi mundo ha cambiado para siempre”.

Los embarazos que tardan en llegar

Hay muchas razones por las que una mujer puede atravesar la terrible situación de desear un hijo y no poder conseguirlo durante mucho tiempo. Al escribir sobre esto me pregunto “¿y qué es mucho tiempo?” y es que no existe una respuesta que determine a partir de cuándo la mujer puede comenzar a sufrir. Una pareja puede intentar por años, sin demasiada preocupación, pensando que ya llegará y sin una carga de estrés importante. En cambio, otras parejas pueden comenzar a sufrir por no lograr un embarazo tras dos o tres meses de intento.

Está claro que “mucho tiempo” es completamente subjetivo y que lo que sentimos no puede estar sujeto a ningún tipo de juicio. Pero más allá de lo que pueda sentir una pareja en determinado momento de su búsqueda de ser padres (esa ansiedad, ese estrés o esa presión por desear tener un hijo); más allá de cuanto haya tardado en llegar el embarazo, para quienes no hemos pasado por la situación real de tener un problema para concebir nos es difícil hacernos una idea del sufrimiento que puede generar el no lograr un embarazo deseado.

Con este trabajo, rodeada de embarazadas felices, me encuentro con historias de todo tipo. Desde las que se quedaron embarazadas sin buscar, las que lo planifican todo y han llegado a calcular los meses para cuadrar baja maternal con las vacaciones, hasta las que tras un infierno vivido, hoy más radiantes que cualquier otra madre celebran su embarazo que creían ya imposible.

Son mujeres que ya casi no tenían esperanzas, que se plantearon todas las alternativas posibles, que invirtieron tiempo, esfuerzo, dinero y mucha energía en tratamientos que las ayuden a concebir. Mujeres que han dedicado muchos años a pensar, soñar, imaginar, llorar, y pelear contra una vida que les daba la espalda a la maternidad. Esas mujeres cuando finalmente están embarazadas transmiten algo especial. Es conocerlas y emocionarse, ponerse en su piel y sufrir aunque sea por unos minutos al oír sus historias. Realmente creo que no somos conscientes de lo que ellas han pasado y lo que eso ha transformado sus vidas. Luchadoras ante todo.

Particularmente pienso en dos mujeres que la vida me ha dado a conocer. Brillantes las dos, mujeres emprendedoras, y con una energía especial. Dos casos diferentes: La primera tras muchos años de esfuerzo bajó los brazos y comenzó a intentar asumir que su realidad sería no ser mamá. La segunda nunca se dio por vencida, y por más que los años pasaban seguía entrando al quirófano para resolver problemas y seguir intentando. A la primera, en una consulta médica le informaron que pese a cualquier pronóstico y sin demasiada explicación estaba embarazada. A la segunda, en uno de sus múltiples intentos, un día su marido le grito desde el baño que había dos rayitas en el test. No he conocido embarazadas tan felices como ellas dos. Pero seguro habrá más porque es mágico ver el rostro de una futura mamá que ha pasado por esto y finalmente lo ha superado.

Lo especial de estos embarazos

Pese a toda esa felicidad, éstos son embarazos mucho más difíciles de llevar. Para cualquier futura mamá estar embarazada significa tener ansiedad y miedos porque todo salga bien y que durante estos 9 meses no haya ningún problema, pero en particular para estas mujeres, que lo viven como la única oportunidad de sus vidas, el estrés es aún mayor. Por lo que, si bien están completamente felices, se llenan de miedos y ansiedades mucho mayores que en otros casos. Aprender a cuidarlas, acompañarlas y transmitirles tranquilidad fue todo un desafío para mí.

Los embarazos que tardan tanto en llegar y que son tan deseados traen aparejados una sensibilidad especial, un cuidado mayor, todo debe salir perfecto, todo debe planificarse y organizarse y todo el proceso debe ser maravilloso. Trabajar de BabyPlanner con mujeres que están pasando por esta experiencia en sus vidas es doble desafío pero doble gratificación.

Todo el camino que he realizado hasta aquí ha sido aprendizaje, conocerlas me ha inspirado, me ha dejado sacar a la luz una sensibilidad que no conocía y me ha dado herramientas para transmitir a otras futuras mamás que han pasado por lo mismo, lo que ellas necesitan cuando planifican la tan soñada llegada de sus bebés.

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